sábado, 6 de noviembre de 2010

LA COLOMBIA DE HOY, UN ATRATO DE MENTIRAS

Créanme, no salgo del estupor, del asombro. Se me eriza la piel con solo pensar que podía sentarme a escribir una vez más y como casi todas las veces, arar en el desierto de una COLOMBIA apática, adormilada, cegada, y viajando al parecer con la droga que con la libertad que quisieran los CALIFORNIANOS, no se va a poder hacer. Ese humo maldito que trastorna mentes y discapacita los sentidos pareciera nos está afectando de tal manera y a tal grado, que ya nadie dice nada. Unos porque no tienen como; y otros que teniéndolo todo, se compinchan o atemorizan para dejar hacer, dejar pasar, y cuando a ellos les pase, ya no habrá nada por hacer. Ya no hay quien ayude o con quien contar.

La constitución política de los colombianos, más parece un “comodín” en un juego de póker, que una carta de Derechos y Deberes dentro de un Estado Democrático, Social de Derecho.

Hoy es un día (nov. 03), que podríamos llamar NEFASTO, para la historia jurídica y democrática de la historia de Colombia; al contrario de lo que ayer fue,  un día pletórico y todo porque un colombiano en lo que llaman la GRAN CARPA, se convirtió en GIGANTE, para “quemar prensa” y que medio mundo hablara de Colombia y sus colombianos. Edgar Rentería Erazo. “El Niño de Barranquilla”.

No es posible que el señor presidente Santos Calderón abdique a la soberanía que le da la carta mayor y renuncie a conservar una TERNA PARA FISCAL GENERAL, elegida al amparo de la constitución y las leyes de la república, y solo, para darle gusto a una Corte politizada y mezquina, que se resiste a aceptar la división de poderes y la colaboración armónica para ejercer la democracia y conservar la seguridad jurídica.


La “Corte Suprema de Justicia”, está incursa hace ya diez y seis meses en el delito de PREVARICATO POR OMISIÓN y nadie, persona natural o jurídica; del orden privado o público dice nada. Donde están las ONG’s, defensoras de derechos humanos; donde están los Colegios, asociaciones y colectivo de abogados, señores dónde, dónde, están.

Dónde están los organismos de control del Estado; dónde están nuestros legisladores; dónde, dónde, dónde. Dónde está La Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, dónde, dónde, dónde.

Dónde está la prensa hablada, dónde, dónde, dónde. Dónde está la prensa televisiva, la escrita, dónde, dónde, dónde.

¿Qué hay de la “W”; que hay de CM&, que hay de Semana, que del Periodista Coronel, Sánchez Cristo, Félix de Bedout? ¿Felipe Zuleta Lleras? ¿Darío Arizmendi? Yamit Amat? Juan Gossaín? ¿Dónde están colombianos y colombianas por la paz; dónde están aquellos que se rasgan las vestiduras cuando se atropella el regalo más grande que nos ha dado la vida a la sociedad? La constitución. ¿Dónde está Petro; dónde está Robledo; dónde está Carlos Gaviria, Samper, Pastrana? ¿Dónde está León Valencia? Dónde, dónde, dónde.

¿Dónde estás periódico “El Colombiano? ¿Dónde estás Ana Mercedes Gómez Martínez? ¿Dónde estás Juan Gómez”, Andrés Felipe Arias, Fernando Londoño? Dónde, dónde, dónde.

Qué vergüenza siento, aunque no me arrepiento, ni arrepentiré jamás, de ser colombiano; paisa de carriel, el del arepa y la bandeja paisa; y lo más importante, de haber sido parido, donde se pario al AGUILA DE LAS AMÉRICAS, a uno de los diez reformadores del mundo moderno. ÁLVARO URIBE VÉLEZ.

Todo nos indica que somos como el otrora orgullo de la navegación fluvial de Colombia, “EL RIO ATRATO”, en donde al parecer no pasa nada, y todo pasando.

La Colombia de hoy se parece a lo que decía en el Periódico Chocó Luis A. Trujillo V., al referirse a aquel orgullo donde navegaron barcos como el sinú, Cartagena de Indias, Quibdó, Montería, Santa María, de 250 toneladas de capacidad.

Un ÁLBAÑAR, que quedó reducido en la que se sintetizó así:
En síntesis tenemos una corriente de agua super contaminada, apestosa y maloliente, no apta ni siquiera para la vida normal de los peces y muy deteriorada para la navegación, por la enorme sedimentación de tanta porquería que a diario se arroja en su cauce. Es un río moribundo y sin dolientes. A nadie parece importarle lo que viene sucediendo y que se proyecta a un futuro muy triste en donde pagaremos muy alto precio por costumbres insanas.
En esto hemos convertido nuestro "majestuoso y ancho río"

Y en esto convertiremos a COLOMBIA, si no hacemos NADA. ¿Acaso eso es lo que queremos? ¿Cierto que no? NO.

¿Entonces? Hagamos algo. Seamos Quijotes o jacobinos; pero seamos.

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