No solo de los NULE se debe predicar quiebras fraudulentas; también hay grandes empresas que amasan fortunas y al final del camino dejan tirados a cientos de trabajadores sin que la JUSTICIA del hombra haga nada para remediarlo. Valdría la pena que el equipo investigativo del COLOMBIANO nos suministrara una lista de al menos las VEINTE quiebras frauduluntas más importantes en los últimos diez años.
Hay grados en la conducta que agravan o atenúan la responsabilidad penal y es indiscutible que los administradores públicos tienen que asumir con mayor rigor su responsabilidad y por ende su pena, cuando defraudan la confianza ciudadana puesta a su merced.
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