ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO UN EXCELSO PROCURADOR. LA PULCRITUD EN EL CONTROL DE LA ÉTICA DE LO PÚBLICO

Doctor Alejandro; señor PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN, la DEMOCRACIA, no es cuestión de coyunturas, ni de oportunistas. Usted no se religió como lo anuncian ciertos y desubicados periodistas; a usted lo religió la DEMOCRACIA, representada en las inmensas mayorías del Senado de la República; y no de una terna de dos, no. Usted salió de una TERNA DE TRES; la doctora López en un arrebato oportunista y protagónico pretendió hacerle el mandado a quienes con otros intereses lo querían a usted fuera. Al momento de su elección, itero, por inmensa mayoría; la sonada renuncia no estaba, ni está, en firme, por lo que no podía producir efectos, para descomponer la TERNA. El térnante; el presidente JM Santos, no se pronunció al respecto y al parecer, la noticia de la decisión de la candidata López, solo, si es que lo conoció, lo fue por los medios de comunicación, lo que se suyo la hace inviable, e inocua. Su señoría a dado muestras de ABSOLUTA INDEPENDENCIA, incluso, ha tomado decisiones que han afectado intereses de personas cercanas y afectas a su corazón, todo en una grata muestra de transparencia y rectitud, ética, moral y jurídica. Para Colombia, NUNCA será soslayado un hecho relevante e histórico. Usted se atrevió hacer, lo que nadie, al parecer por miedo, había hecho. Ponerle el cascabel al GATO y llamar las cosas por su nombre. AL PAN, PAN, Y AL VINO VINO. PIEDAD, es TEODORA y TEODORA, es PIEDAD; vocera y relacionista internacional del grupo terrorista de las FARC. FELICITACIONES, doctor, y egregio jurista, ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO. La Santoto de Bucaramanga y la Academia en general se regocijan con su nueva elección. Ochenta votos, son el 80% de los colombianos, que más legitimidad, ante la legalidad ganada a pulso. En mi condición de VICEPRESIDENTE DEL GOLEGIO NACIONAL DE ABOGADOS DE COLOMBIA, seccional del departamento de Antioquia, lo recibo en nombre de los juristas inmáculos de esta verde y montañera tierra; la de los arrieros; la del Hierro entre las manos, porque en el cuello nos pesan, con un inmenso placer y regocijo, augurándole el doble de los mismo, en sus primeros cuatro años. ÉXITOS.